Monday, October 23, 2017

Esas organizaciones liberales judías estadounidenses que han optado por el anti-israelismo



Justo cuando se pensaba que las cosas no podían ser complicarse más en el Centro para la Historia Judía (Center for Jewish History), un columnista del New York Times invitado a hablar en uno de sus actos ha desatado una andanada de ataques verbales contra Israel.

El columnista, Roger Cohen, fue invitado a pronunciar la Conferencia en Memoria de Leo Baeck de este año. El Instituto Leo Baeck (Leo Baeck Institute) es una de las seis organizaciones judías que operan desde el Centro para la Historia Judía. No asistí a la conferencia del Sr. Cohen el 15 de octubre. Pero en una entrevista previa a la conferencia con el boletín del Instituto Baeck, LBI News, Cohen arremetió violentamente contra Israel.

"De alguna manera", declaró, "los judíos, que durante milenios fueron humillados y excluidos en la diáspora, ahora se encuentran en una situación semicolonial en la que someten al pueblo palestino a gran parte de lo que alguna vez sufrimos".

"¿Cuánto de lo que sufrimos?", me pregunto. ¿Cámaras de gas? ¿Pogromos? ¿Ghettos? ¿Inquisiciones? ¿Cuál de estas realidades, exactamente, piensa Cohen que Israel ha utilizado en contra de los palestinos?

Pero no se detuvo allí. Cohen procedió a declarar: "La ilegalidad prevalece en los asentamientos". Otra mentira flagrante. Cualquiera que esté familiarizado con las comunidades judías en Judea y Samaria sabe que "anarquía legal" es una descripción absurda y escandalosamente falsa. Esas comunidades son legales, y la abrumadora mayoría de sus residentes son ciudadanos pacíficos y respetuosos de la ley.

Cohen continuó: "Los colonos votan como ciudadanos de Israel, mientras que los millones a su alrededor no pueden votar". Totalmente falso. Por supuesto, los árabes palestinos pueden votar, y votan cuando el presidente de la Autoridad Palestina (AP), Mahmoud Abbas, les deja.

Hace apenas cinco meses, el 13 de mayo de 2017, cientos de miles de palestinos supuestamente "privados de derechos" acudieron a 461 colegios electorales y eligieron a los miembros de los 391 consejos municipales y pueblos de aquellas partes de Judea y Samaria controladas por la Autoridad Palestina. Un total de 3.489 miembros de esos consejos fueron elegidos. Pero supongo que Roger Cohen no estaba prestando atención. Estaba demasiado ocupado acusando a Israel de negarle a los palestinos el derecho al voto.

Por supuesto, no se trata de que el Instituto Leo Baeck no supiera en qué se estaba metiendo cuando eligió a Cohen como su interlocutor. Él ha sido un crítico abierto de Israel durante mucho tiempo. En su columna del 10 de febrero de 2014, acusó a los israelíes de "mantener las botas en la cabeza de los palestinos". En su columna del 28 de enero de 2016, Cohen instó a las empresas de todo el mundo a tomar medidas para obligar a Israel a "cesar las actividades relacionadas con los asentamientos", en otras palabras, a boicotear a Israel. ¿Y quién puede olvidar su serie de artículos de 2009 blanqueando el antisemitismo en Irán?

Me resulta difícil creer que los líderes del Instituto Leo Baeck no conocían el historial de Cohen antes de seleccionarlo como su orador. Pero ya sea que conocieran o no de sus habituales ataques contra Israel en el pasado, ¿por qué consideraron necesario hacer circular sus últimos ataques contra Israel en su boletín informativo? ¿Por qué publicitar y legitimar sus diatribas contra Israel?

Una pregunta similar surgió recientemente cuando se reveló que otra institución del Centro para la Historia Judía, la Sociedad Histórica Judía Estadounidense (American Jewish Historical Society), estaba planeando un evento relacionado con la Declaración Balfour organizado por oradores seleccionados por el grupo antisionista "Voz Judía por la Paz".

No estoy asumiendo que el controvertido nuevo presidente del Centro para la Historia Judía, David N. Myers, tenga la culpa de las actividades de la la Sociedad Histórica Judía Estadounidense o del Instituto Leo Baeck. Son organizaciones autónomas que toman sus propias decisiones de programación y publicación.

Tampoco estoy sugiriendo que las personas que atacan a Israel deberían ser privadas de su derecho a la libertad de expresión. Por supuesto, hay muchas plataformas para personas que quieren denunciar a Israel. La pregunta que estoy planteando es si las principales instituciones de la comunidad judía deberían proporcionar plataformas para tales ataques contra el estado judío.

Los líderes de la American Jewish Historical Society decidieron, y eso les honra, que el programa antisionista sobre Balfour debía ser cancelado, ya que no era consistente con la misión de su sociedad. Tal vez la gente del Instituto Leo Baeck pueda aprender algo. La misión del Instituto Leo Baeck es "promover el estudio y la comprensión de la historia germano-judía". La comparación de Roger Cohen del comportamiento de Israel con el de los pasados perseguidores ​de los judíos - incluidos los judíos alemanes, obviamente - representa una gran distorsión de la historia germano-judía. La publicación del vitriolo anti-Israel de Cohen en el boletín del Instituto Baeck fue claramente inconsistente con la misión del instituto. El instituto debe reconocer su grave error en el juicio.

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